La industria alimentaria es una de las más reguladas desde hace décadas, uno de los aspectos más maduros de sus normativa tiene que ver con la trazabilidad de los productos que el consumidor final compra. De tal modo que los reguladores puedan identificar fácilmente algún lote sobre el que haya que realizar alguna acción.
El uso de precintos de trazabilidad con NFC comienza a ser una realidad en la industria cárnica, ya hace años que el crotal NFC (etiqueta que se ubica generalmente en las orejas de los animales) se utiliza para identificación animal, permitiendo que cualquiera con un smartphone pueda realizar la lectura de la misma .
Lo más habitual es que esta trazabilidad se realice a través de la utilización de códigos de barras o identificadores alfanuméricos. Pero en los últimos tiempos ha ganado protagonismo la utilización de etiquetas NFC / RFID, incluso al nivel de identificación de ítems individuales vendidos en grandes superficies.
Esto ha hecho crecer el interés en el desarrollo de etiquetas NFC que sirvan como precintos de trazabilidad en el entorno de la industria de la venta de carne y ganadera, en especial en España, donde sobre todo el sector del Cerdo Ibérico es muy activo en i + d.
Estos precintos de trazabilidad ya están en varios productos y procesos de la cadena: jamón, hígados, sacas, bidones, camiones… Añadiendo un plus de seguridad a los procesos de identificación.
Lo interesante de estos movimientos, además de las facilidades que ofrece para realizar la trazabilidad en un entorno profesional, es que la tecnología permitiría al propio consumidor final leer las etiquetas NFC en el punto de venta para conocer al detalle desde el punto de origen el recorrido de los productos que consume. Aunque para que esto sea algo generalizado, aún falta que los consumidores reclamen estos servicios.
Para eso último, aún tendremos que esperar algún tiempo.
