El Ministerio de Sanidad y el grupo de trabajo para la crisis sanitaria del COVID-19 se plantean la implantación de algún método de control de población en relación a la crisis del coronavirus. Sin duda una de las alternativas más interesantes puede ser el uso de tecnología NFC en pulseras identificativas para los ciudadanos.
Controlar la tasa de reproducción del coronavirus una vez salgamos del desconfinamiento, se hace tarea imposible sin tests, y por supuesto sin ningún método de control sobre el historial de cada persona. Los test de anticuerpos IGM o IGG, así como las pruebas rápidas con muestras de sangre PCR probablemente sean obligatorios para muchas acciones comunes, por ejemplo coger un avión o entrar a un teatro.
Para que se pueda producir una desescalada del confinamiento por territorios, es indispensable un control exhaustivo de lo que sucede en cada uno de ellos. Y aunque algunos estudios como el del Imperial College sugieren que hasta un 60% de la población española ha podido pasar ya el virus, no deberían evitar la implantación del llamado «Carnet Sanitario».
Se están planteando diversos métodos para el control sanitario de la población, desde el uso de aplicaciones móviles de geolocalización hasta la existencia de pulseras por colores.
En este sentido la utilización de tecnología NFC puede resultar especialmente útil, tanto a nivel de referencia visual, como de recolección de datos a través de aplicaciones móviles. La utilización de pulseras con un chip NFC en su interior, permitiría a las autoridades una fácil identificación de los usuarios, grabación de datos y recolección de los mismos. Pongamos un ejemplo práctico:
Cada ciudadano de una área concreta recibe una pulsera NFC registrada a su nombre, cada vez que se le realiza un test los resultados del mismo se incorporan a la memoria de esta pulsera, bien en local o bien con un servicio en la nube. De este modo imaginemos que tenemos que coger un avión y hemos realizado un test negativo en las anteriores 24h, además nos han tomado la temperatura antes de acceder y es normal. Quizás en este caso el usuario pueda coger el avión sin problemas, y sobre todo sin el coste que un test nuevo puede tener a puertas del avión sabiendo que hace menos de 24h que dio negativo en el último.
En definitiva, se trataría de establecer unos protocolos para hacer más eficiente el control sanitario de la población y abaratar los costes de la vuelta a la normalidad.
La tecnología NFC puede ayudar.